NPAE - No Proliferación de Armas en el Espacio,
Dialogos a cargo de Ian Cruz / Juan Ré
Por: Juan Ré Crivello
Esta semana he decidido dedicar un espacio a esta iniciativa que parte del Instituto para la Cooperación en el Espacio. La opinión de Ian Cruz y la mía propia son humildes gotas del futuro del planeta azul
Preservar el espacio exterior de la carrera de armamentos debería ser un objetivo. Ahora bien, estamos en una encrucijada vital, el mantenimiento del equilibrio ecológico de nuestro planeta debería ser otro de los objetivos. Sin casa común capaz de navegar por el espacio es imposible sostener nuestro ego. La última frontera debe estar apartada de la lucha estatal. Ir hacia el espacio para regresar y derrotar a otro estado se antoja terrible. Debemos aumentar la investigación para desarrollar el siguiente hábitat.
¿Y donde se encuentra este limite?. El mito de Superman nos atrae y fascina. Su planeta y los habitantes llegaron hasta aquí dentro de una gran botella y continuaban viviendo un recorte de su pasado. ¿Deseamos para nuestra tierra un ejemplo parecido.
¿Seriamos capaces de aceptar que una parte de nosotros marchara hacia el espacio ante la crisis medioambiental o el colapso por un meteorito venido de una orbita lejana?.
Esta iniciativa pazenelespacio de preservar el espacio exterior de armas nos debe hacer reflexionar. El nuevo Oeste (Far West) soñado, debe ser un territorio libre de las dos pistolas y su ley “quien dispara en defensa propia no puede ser juzgado”. Para ello están las excelentes películas de Holywood. El mito que anima en nuestras cabezas debe dejar paso a una polis nueva.
¡Al espacio exterior es para ir sin pistolas colegas!
Publicado en: Retratodelinfierno.typepad.com
jueves, octubre 19, 2006
miércoles, octubre 18, 2006
El efecto Pigmalión
Ovidio dice así sobre el mito en el libro X de Las metamorfosis: «Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez, y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.»(1)
Hace unos días tuve el placer de leer un excelente articulo de Álex Rovira sobre el efecto Pigmalión, en líneas generales su tesis plantea que: “las expectativas favorables que sobre nosotros tiene nuestro entorno de afectos y amistades pueden llevarnos a llegar más allá de lo que esperamos”(2).
Esta hipótesis me hizo recordar una frase que me torturaba en mis años de estudiante, elaborada por un prócer de las luchas de la guerra española contra el francés del siglo XIX y de la independencia argentina posteriormente. Para San Martín su consejo descansaba en la frase “serás lo que debas ser, sino no serás nada”. Este liberal-masón (perteneciente a la Logia Lautaro) vista desde ojos contemporáneos nos induce a considerar que el contexto y los estímulos te condicionan y toda resistencia no es más que una perdida de tu propio talento. Para un psicopedagogo como Juan Carlos Castillo en el efecto Pigmalion “las expectativas de los padres con sus hijos, de los profesores con los alumnos y los mandos con sus subordinados tienden a cumplirse”. Para ello “el experimento Rosenthal en una escuela de F.P. se hizo u test de inteligencia a varias clases. Sin corregirlo, Rosenthal selecciono un 20% de alumnos de cada clase y dijo a los profesores que ese 20% era superior y obtendrían mayores calificaciones. A final de curso habían mejorado respecto a sus compañeros en cuatro puntos su coeficiente intelectual. Ello era debido a que cuando se espera mas de un individuo esto produce un clima emocional mayor”(3).
Y hemos llegado al punto de lo que se trata. El clima emocional, responde a las crecientes expectativas que ponemos sobre nuestras actividades con el fin de trasladar lo que por diversas razones deducimos de una lista de prioridades. Por ejemplo en un entorno de Alta competición de un grupo de tenistas algunos entrenadores deducirán que uno o dos están más capacitados y transmitirán -de una manera inconsciente- estas expectativas. Dirá al respecto Älex Rovira “que la predisposición a tratar a alguien de una determinada manera queda condicionada en mayor o menor grado por lo que te han contado sobre esa persona”.
¿Existe un efecto contrario?. Aquí es el punto a donde nos remite San Martín, si analizamos esta frase del siglo XIX y la resituamos, veremos que en esta sociedad la resistencia al entorno de “afectos y amistades” esta muy desarrollada e inclusive hasta es aplaudida. Un ejemplo seria Alonso el corredor de F1, este triunfador es la demostración de que sus expectativas originales eran personales y están fueron capaces de alterar el contexto. ¿Cuáles son los grandes campeones de F1 en Asturias?. Me temo que ninguno. Esto nos lleva a imaginar una sociedad donde la competencia puede ser un poderoso estimulo que altera el efecto Pigmalion. ¿Pero podemos ir mas allá si solo estamos “movidos por el miedo al fracaso que otros nos han transmitido, por su falta de confianza o por su invitación a la resignación”(2). Indudablemente que no, por ello nuestra sociedad detesta los perdedores.
(1)wickipedia
(2)Alex Rovira, El País Suplemento, 17 de Septiembre de 2006
(3)juan carlos castillo
El efecto pigmalión, llamado así en honor a Pigmalión, es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de un grupo respecto a alguien afectan su conducta a tal punto que se provoca en el grupo la confirmación de dichas expectativas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmalión
José de San Martín (25 de febrero de 1778 - 17 de agosto de 1850) fue un militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y el Perú. Junto con Simón Bolívar es considerado uno de los libertadores más importantes de Sudamérica durante la colonización española.
Publicado por: Juan Re Crivello,
http://retratodelinfierno.typepad.com/
(Haga clic aqui para acceder a la publicación original.)
Hace unos días tuve el placer de leer un excelente articulo de Álex Rovira sobre el efecto Pigmalión, en líneas generales su tesis plantea que: “las expectativas favorables que sobre nosotros tiene nuestro entorno de afectos y amistades pueden llevarnos a llegar más allá de lo que esperamos”(2).
Esta hipótesis me hizo recordar una frase que me torturaba en mis años de estudiante, elaborada por un prócer de las luchas de la guerra española contra el francés del siglo XIX y de la independencia argentina posteriormente. Para San Martín su consejo descansaba en la frase “serás lo que debas ser, sino no serás nada”. Este liberal-masón (perteneciente a la Logia Lautaro) vista desde ojos contemporáneos nos induce a considerar que el contexto y los estímulos te condicionan y toda resistencia no es más que una perdida de tu propio talento. Para un psicopedagogo como Juan Carlos Castillo en el efecto Pigmalion “las expectativas de los padres con sus hijos, de los profesores con los alumnos y los mandos con sus subordinados tienden a cumplirse”. Para ello “el experimento Rosenthal en una escuela de F.P. se hizo u test de inteligencia a varias clases. Sin corregirlo, Rosenthal selecciono un 20% de alumnos de cada clase y dijo a los profesores que ese 20% era superior y obtendrían mayores calificaciones. A final de curso habían mejorado respecto a sus compañeros en cuatro puntos su coeficiente intelectual. Ello era debido a que cuando se espera mas de un individuo esto produce un clima emocional mayor”(3).
Y hemos llegado al punto de lo que se trata. El clima emocional, responde a las crecientes expectativas que ponemos sobre nuestras actividades con el fin de trasladar lo que por diversas razones deducimos de una lista de prioridades. Por ejemplo en un entorno de Alta competición de un grupo de tenistas algunos entrenadores deducirán que uno o dos están más capacitados y transmitirán -de una manera inconsciente- estas expectativas. Dirá al respecto Älex Rovira “que la predisposición a tratar a alguien de una determinada manera queda condicionada en mayor o menor grado por lo que te han contado sobre esa persona”.
¿Existe un efecto contrario?. Aquí es el punto a donde nos remite San Martín, si analizamos esta frase del siglo XIX y la resituamos, veremos que en esta sociedad la resistencia al entorno de “afectos y amistades” esta muy desarrollada e inclusive hasta es aplaudida. Un ejemplo seria Alonso el corredor de F1, este triunfador es la demostración de que sus expectativas originales eran personales y están fueron capaces de alterar el contexto. ¿Cuáles son los grandes campeones de F1 en Asturias?. Me temo que ninguno. Esto nos lleva a imaginar una sociedad donde la competencia puede ser un poderoso estimulo que altera el efecto Pigmalion. ¿Pero podemos ir mas allá si solo estamos “movidos por el miedo al fracaso que otros nos han transmitido, por su falta de confianza o por su invitación a la resignación”(2). Indudablemente que no, por ello nuestra sociedad detesta los perdedores.
(1)wickipedia
(2)Alex Rovira, El País Suplemento, 17 de Septiembre de 2006
(3)juan carlos castillo
El efecto pigmalión, llamado así en honor a Pigmalión, es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de un grupo respecto a alguien afectan su conducta a tal punto que se provoca en el grupo la confirmación de dichas expectativas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmalión
José de San Martín (25 de febrero de 1778 - 17 de agosto de 1850) fue un militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y el Perú. Junto con Simón Bolívar es considerado uno de los libertadores más importantes de Sudamérica durante la colonización española.
Publicado por: Juan Re Crivello,
http://retratodelinfierno.typepad.com/
(Haga clic aqui para acceder a la publicación original.)
martes, octubre 17, 2006
Hacia la guerra contra Irán
La Vanguardia
WILLIAM R. POLK
IRÁN NO HA VIOLADO el TNP, aunque los expertos de los servicios de
inteligencia conjeturan que está decidido a conseguir el arma nuclear
Tras un análisis concienzudo de las últimas iniciativas y declaraciones
de la Administración Bush, he llegado a la conclusión de que existe al
menos un 10% de posibilidades de un ataque estadounidense contra Irán
antes de las elecciones al Congreso del próximo 7 de noviembre y
alrededor de un 90% de posibilidades de lo propio antes del término de
su actual mandato en el 2008. En este artículo y los siguientes
explicaré tal pronóstico, ilustraré las iniciativas en curso relativas a
los preparativos de la guerra, analizaré sus consecuencias y, por
último, abordaré las opciones que Estados Unidos ha de barajar si
pretende tener éxito en la cuestión de Irán. Daré comienzo, pues, con mi
pronóstico.
Doce años antes de aspirar a la presidencia, George W. Bush se esforzó
en recabar el concurso de diversas personalidades religiosas
fundamentalistas en la carrera presidencial de su padre. Cayó entonces
en la cuenta de que alrededor de uno de cada cinco estadounidenses era
la proporción de personas afines a este movimiento susceptibles de
engrosar un segmento electoral favorable. Fue también entonces cuando
George W. Bush atravesó la experiencia de un /renacimiento /que le
permitió dejar atrás lo que él mismo describió más tarde como los
/vapores del alcohol /que le habían atenazado durante toda su vida, de
forma que alcanzó una luz o fe en el sentido de que había recibido una
misión divina para combatir contra las fuerzas del mal y preparar la
senda de un nuevo orden mundial.
En aquel momento sólo pudo vislumbrar vagamente en qué consistía tal
misión, pero durante los años subsiguientes contó con la guía de algunos
/fieles /de su padre, incluidos Dick Cheney y Donald Rumsfeld, que le
introdujeron en un grupo ya existente que andando el tiempo se dio en
llamar grupo de los neoconservadores y que, de hecho, ya disponía de un
plan y de los objetivos correspondientes. El joven Bush abrazó ambos con
ilusión y, cuando resultó elegido presidente, nombró a Cheney, Rumsfeld
y a diversos neoconservadores para cargos clave de su Administración.
Este grupo había promovido, de manera consecuente con su mentalidad e
ideas, la acción militar contra ciertos regímenes de Oriente Medio
durante los últimos 17 años. Y en tal vía persisten.
En el mismo núcleo de su doctrina cabe detectar que los neoconservadores
adoptaron la noción de Leon Trotsky de la /revolución permanente
/adaptándola a su propia ideología radical bajo el manto de /guerra
permanente/...
Al igual que Trotsky (y luego Mao) habían alumbrado la idea de la
revolución permanente, los neoconservadores encontraron en lo que ahora
el Departamento de Defensa estadounidense llama la /guerra larga /el
instrumento ideal para combatir y aniquilar tanto a los enemigos y
elementos opositores extranjeros como a las voces críticas internas
susceptibles de ser tachadas de antipatrióticas. Su doctrina se ha
incorporado al documento /Estrategia de Seguridad Nacional de Estados
Unidos /del 6 de marzo del 2006. El presidente Bush resumió sus
imperativos el 16 de marzo del 2006 en estos términos: "Hemos decidido
afrontar los desafíos en este momento en lugar de aguardar a que
alcancen nuestro territorio. Aspiramos a remodelar el mundo, no
meramente a ser remodelados por él; aspiramos a influir en los
acontecimientos de manera beneficiosa y positiva en lugar de quedar a su
merced". Y, tras identificar a Irán como parte del /eje del
mal/,especificó que "de ningún país debemos esperar una amenaza tan
importante como de Irán", ya que - acusó- Irán amenaza a Israel,
apadrina el terrorismo, oprime a su pueblo y, sobre todo, se halla
empeñado en hacerse con armamento nuclear.
La acusación relativa al armamento nuclear es la más grave.
Irán (junto con Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y otros países)
firmó en 1968 el tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). El tratado
obligaba a los signatarios que aún no poseían armas nucleares a contener
sus iniciativas en orden a su consecución, y a aquellos que ya las
poseían a hacer esfuerzos para desembarazarse de ellas. Ni Israel, ni
Pakistán ni India, ni Corea del Norte firmaron el tratado en tanto los
países nucleares consolidados han reconocido de hecho su violación del
tratado al conservar sus reservas de bombas nucleares, que, incluso, han
incrementado. No está claro lo que hace actualmente Irán. Partiendo de
lo que ahora se sabe, Irán no ha violado el tratado, aunque los expertos
de los servicios de inteligencia conjeturan que está decidido a hacerse
con armamento nuclear. El programa de su fabricación dio comienzo con la
ayuda técnica prestada por Estados Unidos al régimen del sha, luego se
suspendió y probablemente se reanudó más tarde. Los servicios de
inteligencia estadounidenses coinciden en estimar que Irán dista de
cinco a diez años de la consecución de armamento nuclear.
Los neoconservadores consideran asimismo que Irán constituye una amenaza
para Israel y citan como prueba de ello las declaraciones del presidente
Mahmud Ahmadineyad al respecto. Ahmadineyad negó necia e insensatamente
la realidad del holocausto y criticó ásperamente la política israelí con
respecto a los palestinos. Peor aún, calificó el sionismo de asunto
acabado y pronosticó que Israel declinaría y caería. No obstante, erró
al afirmar que Israel sería "borrado del mapa". Por más que él así lo
quisiera, su país no puede lograr que suceda: Israel posee las fuerzas
armadas más poderosas de Asia occidental, la segunda fuerza aérea en
importancia del planeta y unas reservas estimadas de cómo mínimo 400
armas nucleares, en tanto que Irán posee un gran ejército pero
inoperativo, una exigua fuerza aérea y carece de armamento nuclear.
Israel, además, actúa en estrecha cooperación con Estados Unidos,
mientras que Irán carece de aliados sólidos y eficaces. Es un Estado que
no representa una amenaza para nadie.
George W. Bush acusó a Irán de apadrinar el terrorismo. No obstante,
Irán ayudó a Estados Unidos a derribar el régimen talibán en Afganistán
y se ha mostrado congruentemente contrario a Al Qaeda. Es verdad que ha
proporcionado dinero y armas a Hezbollah y ha sido blanco a su vez de
ataques terroristas, de los que acusa a Estados Unidos.
Por último, y aunque el régimen fundamentalista iraní es un régimen
opresor, en ello no se distingue de otros que la Administración Bush
apoya calurosamente. Y, a diferencia de Arabia Saudí, Egipto y
Uzbekistán, su Gobierno constituye el producto - según el baremo de la
región- de unas elecciones razonablemente libres. De hecho, la mayoría
de los observadores cree que si se celebraran nuevas elecciones en este
momento, volvería a ser elegido de manera abrumadora. Por tanto, aunque
el presidente Bush tiene razón al decir que su Gobierno niega el derecho
de su pueblo a vivir como los estadounidenses estiman que debería poder
vivir, lo ha hecho con el consentimiento de sus gobernados.
¿Por qué, por tanto, pronostico un ataque estadounidense contra JAVIER
AGUILAR Irán? La respuesta se compone de los mismos ingredientes que
acabo de describir: la creencia de Bush de haber recibido una misión
divina que debe cumplir antes de que finalice su mandato presidencial -
y acaso antes de las próximas elecciones al Congreso- le enardece ante
la eventualidad de que pudiera verse en apuros su margen de maniobra; su
impresión de que sus propios servicios de inteligencia puedan estar
informándole erróneamente, en el sentido de que Irán en realidad esté a
punto de hacerse con el arma atómica, azuzando el terrorismo en Oriente
Medio, y signifique una amenaza contra la existencia de Israel; y, por
último, su convencimiento de que posee la autoridad necesaria para
actuar, otorgada por la ciudadanía estadounidense en dos convocatorias
electorales y comprobada con ocasión de la aprobación del Congreso de su
guerra contra Afganistán.
En mi próximo artículo abordaré sus iniciativas para poner en práctica
su política.
WILLIAM R. POLK, miembro del Consejo de Planificación Política del
Departamento de Estado en la presidencia de John F. Kennedy
Traducción: José María Puig de la Bellacasa
WILLIAM R. POLK
IRÁN NO HA VIOLADO el TNP, aunque los expertos de los servicios de
inteligencia conjeturan que está decidido a conseguir el arma nuclear
Tras un análisis concienzudo de las últimas iniciativas y declaraciones
de la Administración Bush, he llegado a la conclusión de que existe al
menos un 10% de posibilidades de un ataque estadounidense contra Irán
antes de las elecciones al Congreso del próximo 7 de noviembre y
alrededor de un 90% de posibilidades de lo propio antes del término de
su actual mandato en el 2008. En este artículo y los siguientes
explicaré tal pronóstico, ilustraré las iniciativas en curso relativas a
los preparativos de la guerra, analizaré sus consecuencias y, por
último, abordaré las opciones que Estados Unidos ha de barajar si
pretende tener éxito en la cuestión de Irán. Daré comienzo, pues, con mi
pronóstico.
Doce años antes de aspirar a la presidencia, George W. Bush se esforzó
en recabar el concurso de diversas personalidades religiosas
fundamentalistas en la carrera presidencial de su padre. Cayó entonces
en la cuenta de que alrededor de uno de cada cinco estadounidenses era
la proporción de personas afines a este movimiento susceptibles de
engrosar un segmento electoral favorable. Fue también entonces cuando
George W. Bush atravesó la experiencia de un /renacimiento /que le
permitió dejar atrás lo que él mismo describió más tarde como los
/vapores del alcohol /que le habían atenazado durante toda su vida, de
forma que alcanzó una luz o fe en el sentido de que había recibido una
misión divina para combatir contra las fuerzas del mal y preparar la
senda de un nuevo orden mundial.
En aquel momento sólo pudo vislumbrar vagamente en qué consistía tal
misión, pero durante los años subsiguientes contó con la guía de algunos
/fieles /de su padre, incluidos Dick Cheney y Donald Rumsfeld, que le
introdujeron en un grupo ya existente que andando el tiempo se dio en
llamar grupo de los neoconservadores y que, de hecho, ya disponía de un
plan y de los objetivos correspondientes. El joven Bush abrazó ambos con
ilusión y, cuando resultó elegido presidente, nombró a Cheney, Rumsfeld
y a diversos neoconservadores para cargos clave de su Administración.
Este grupo había promovido, de manera consecuente con su mentalidad e
ideas, la acción militar contra ciertos regímenes de Oriente Medio
durante los últimos 17 años. Y en tal vía persisten.
En el mismo núcleo de su doctrina cabe detectar que los neoconservadores
adoptaron la noción de Leon Trotsky de la /revolución permanente
/adaptándola a su propia ideología radical bajo el manto de /guerra
permanente/...
Al igual que Trotsky (y luego Mao) habían alumbrado la idea de la
revolución permanente, los neoconservadores encontraron en lo que ahora
el Departamento de Defensa estadounidense llama la /guerra larga /el
instrumento ideal para combatir y aniquilar tanto a los enemigos y
elementos opositores extranjeros como a las voces críticas internas
susceptibles de ser tachadas de antipatrióticas. Su doctrina se ha
incorporado al documento /Estrategia de Seguridad Nacional de Estados
Unidos /del 6 de marzo del 2006. El presidente Bush resumió sus
imperativos el 16 de marzo del 2006 en estos términos: "Hemos decidido
afrontar los desafíos en este momento en lugar de aguardar a que
alcancen nuestro territorio. Aspiramos a remodelar el mundo, no
meramente a ser remodelados por él; aspiramos a influir en los
acontecimientos de manera beneficiosa y positiva en lugar de quedar a su
merced". Y, tras identificar a Irán como parte del /eje del
mal/,especificó que "de ningún país debemos esperar una amenaza tan
importante como de Irán", ya que - acusó- Irán amenaza a Israel,
apadrina el terrorismo, oprime a su pueblo y, sobre todo, se halla
empeñado en hacerse con armamento nuclear.
La acusación relativa al armamento nuclear es la más grave.
Irán (junto con Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y otros países)
firmó en 1968 el tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). El tratado
obligaba a los signatarios que aún no poseían armas nucleares a contener
sus iniciativas en orden a su consecución, y a aquellos que ya las
poseían a hacer esfuerzos para desembarazarse de ellas. Ni Israel, ni
Pakistán ni India, ni Corea del Norte firmaron el tratado en tanto los
países nucleares consolidados han reconocido de hecho su violación del
tratado al conservar sus reservas de bombas nucleares, que, incluso, han
incrementado. No está claro lo que hace actualmente Irán. Partiendo de
lo que ahora se sabe, Irán no ha violado el tratado, aunque los expertos
de los servicios de inteligencia conjeturan que está decidido a hacerse
con armamento nuclear. El programa de su fabricación dio comienzo con la
ayuda técnica prestada por Estados Unidos al régimen del sha, luego se
suspendió y probablemente se reanudó más tarde. Los servicios de
inteligencia estadounidenses coinciden en estimar que Irán dista de
cinco a diez años de la consecución de armamento nuclear.
Los neoconservadores consideran asimismo que Irán constituye una amenaza
para Israel y citan como prueba de ello las declaraciones del presidente
Mahmud Ahmadineyad al respecto. Ahmadineyad negó necia e insensatamente
la realidad del holocausto y criticó ásperamente la política israelí con
respecto a los palestinos. Peor aún, calificó el sionismo de asunto
acabado y pronosticó que Israel declinaría y caería. No obstante, erró
al afirmar que Israel sería "borrado del mapa". Por más que él así lo
quisiera, su país no puede lograr que suceda: Israel posee las fuerzas
armadas más poderosas de Asia occidental, la segunda fuerza aérea en
importancia del planeta y unas reservas estimadas de cómo mínimo 400
armas nucleares, en tanto que Irán posee un gran ejército pero
inoperativo, una exigua fuerza aérea y carece de armamento nuclear.
Israel, además, actúa en estrecha cooperación con Estados Unidos,
mientras que Irán carece de aliados sólidos y eficaces. Es un Estado que
no representa una amenaza para nadie.
George W. Bush acusó a Irán de apadrinar el terrorismo. No obstante,
Irán ayudó a Estados Unidos a derribar el régimen talibán en Afganistán
y se ha mostrado congruentemente contrario a Al Qaeda. Es verdad que ha
proporcionado dinero y armas a Hezbollah y ha sido blanco a su vez de
ataques terroristas, de los que acusa a Estados Unidos.
Por último, y aunque el régimen fundamentalista iraní es un régimen
opresor, en ello no se distingue de otros que la Administración Bush
apoya calurosamente. Y, a diferencia de Arabia Saudí, Egipto y
Uzbekistán, su Gobierno constituye el producto - según el baremo de la
región- de unas elecciones razonablemente libres. De hecho, la mayoría
de los observadores cree que si se celebraran nuevas elecciones en este
momento, volvería a ser elegido de manera abrumadora. Por tanto, aunque
el presidente Bush tiene razón al decir que su Gobierno niega el derecho
de su pueblo a vivir como los estadounidenses estiman que debería poder
vivir, lo ha hecho con el consentimiento de sus gobernados.
¿Por qué, por tanto, pronostico un ataque estadounidense contra JAVIER
AGUILAR Irán? La respuesta se compone de los mismos ingredientes que
acabo de describir: la creencia de Bush de haber recibido una misión
divina que debe cumplir antes de que finalice su mandato presidencial -
y acaso antes de las próximas elecciones al Congreso- le enardece ante
la eventualidad de que pudiera verse en apuros su margen de maniobra; su
impresión de que sus propios servicios de inteligencia puedan estar
informándole erróneamente, en el sentido de que Irán en realidad esté a
punto de hacerse con el arma atómica, azuzando el terrorismo en Oriente
Medio, y signifique una amenaza contra la existencia de Israel; y, por
último, su convencimiento de que posee la autoridad necesaria para
actuar, otorgada por la ciudadanía estadounidense en dos convocatorias
electorales y comprobada con ocasión de la aprobación del Congreso de su
guerra contra Afganistán.
En mi próximo artículo abordaré sus iniciativas para poner en práctica
su política.
WILLIAM R. POLK, miembro del Consejo de Planificación Política del
Departamento de Estado en la presidencia de John F. Kennedy
Traducción: José María Puig de la Bellacasa
lunes, octubre 02, 2006
Economía y Seguridad para una Nueva Era Espacial
Economía y Seguridad para una Nueva Era Espacial
Importancias de la Preservación del Espacio.
Ian T. Cruz
Director de Proyectos Especiales,
NPAE - No Proliferación de Armas en el Espacio.
Instituto para la Cooperación en el Espacio.
Barcelona, España.
(Extracto)
Las sociedades a lo largo y ancho del planeta muestran una gran preocupación por la Paz. Existe la intención de alcanzarla pero, debemos recordar que estamos inmersos en el negocio de la guerra. Toda la economía del planeta está sujeta a la centralización de la energía y la industria de la guerra. Solo tenemos que analizar detenidamente los hechos que se repiten una y otra vez en cuanto a la fórmula de la economía de la guerra. La fórmula, de hecho es muy clara y sencilla; es la siguiente: Se debe localizar e identificar un enemigo. Algo que ya hemos visto tantas veces que apenas lo tomamos como extraño. Desde los soviéticos, pasando por los japoneses, hasta llegar al terrorismo internacional y descentralizado. Lo siguiente es deshacerse de las viejas armas. Después se prueban las nuevas y se preparan los presupuestos de las siguientes. Por eso es virtualmente irrelevante que las sociedades se manifiesten en contra de los conflictos bélicos ya que, existen contratos y presupuestos que se deben llevar a cabo. Para ellos, la fórmula debe continuar.
El problema es alcanzar un escenario de paz real y basado en la cooperación internacional. Para ello, necesitamos acciones reales, es decir leyes internacionales que nos permitan realizar los cambios necesarios para, mediante las mismas infraestructuras, transformar y re-dirigir la industria armamentista; que supone conjuntamente con la centralización de la energía, el motor de toda la economía global.
Ya que casi la totalidad (3/4) de la industria espacial ha sido lanzada desde y por plataformas militares, algo que por otro lado debe ser así ya que; no estamos hablando de desechar esas infraestructuras ni tecnologías sino de re-dirigir los esfuerzos y los fondos para desarrollar, investigar y probar todos esos proyectos de armas que no queremos sobre nuestras cabezas, en proyectos, productos y servicios directamente aplicados a poner soluciones a las diversas crisis que nos envuelven.
Debemos tener en cuenta que los fondos destinados a la industria armamentista no sólo provienen del sector militar, sino de las universidades, laboratorios y demás departamentos gubernamentales y industria privada. Lo que se conoce como el "military-industrial complex", el complejo entramado tan preocupadamente nombrado por Eisenhower, al final de su mandato en 1961.
Es importante no entrar en detalle sobre a que tipo de armas nos referimos. El Tratado para la Preservación del Espacio especifica ya, la prohibición de cualquier tipo de armas de destrucción masiva y a cualquier otro sistema armamentista basado en tecnologías espaciales. Esto quiere decir también que se prohibirá cualquier sistema para alcanzar y/o destruir cualquier objeto espacial, que se encuentre en la atmósfera o en superficie, sea de la naturaleza que sea.
Dichos sistemas y satélites militares que están hoy en órbita de una manera operativa, pueden ser utilizados para monitorizar la Tierra y el Espacio. No sólo para verificar y garantizar que la prohibición se mantiene sino para analizar el planeta siempre con fines pacíficos y con la intención de ofrecer soluciones a problemas tan básicos como necesarios para un desarrollo sostenible; como la observación de las cosechas, los movimientos de población y demás servicios que podríamos estar llevando a cabo desde hace décadas y de una manera más positiva y abundante. Podemos crear nuevos sistemas y servicios, miles y miles de nuevos puestos de trabajo, siempre desde una cooperación internacional extensa.
Bajo la premisa de la defensa, se están llevando a cabo los procesos para mantener dicha fórmula para la guerra en un proceso irreversible. Se trabaja a marchas forzadas para establecer las subvenciones, las inversiones y las tecnologías para que las armas basadas en tecnologías espaciales sean una realidad, mucho antes de que podamos saber de que se tratan y para qué las queremos. Conste no estamos hablando de grandes sistemas espaciales ya que, desde tan solo tres localizaciones en la órbita, se puede alcanzar cualquier punto de la superficie del planeta. Dichos sistemas de armas son desestabilizadoras, innecesarias, extremadamente costosas y no nos protegerán de nada en absoluto. En definitiva, no las necesitamos. Todo estos esfuerzos por desplegar armas en el espacio son una clara actitud para controlar y dominar el planeta. Dicha actitud, es tan peligrosa como las mismas armas.
Por eso debemos tomar las decisiones oportunas, ahora que todavía estamos a tiempo.
Es cierto que muchos científicos piensan ya que, dichas armas han sido desplegadas. Esto no es así, ya que todavía no existe un satélite en órbita que porte armas. Los satélites todavía trabajan el sector de la comunicación, la navegación y el reconocimiento.
Como iniciativa pionera e increíblemente importante en el escenario geopolítico actual, debemos tomar conciencia de la importancia de la preservación del espacio para así, transformar la industria de la guerra en una industria pro-humana, directamente aplicada en la creación de nuevas soluciones frente a las crisis humanitaria y ecológica.
Los Estados Unidos están llevando acabo los esfuerzos necesarios para el despliegue de armas basadas en tecnologías espaciales; y según documentos militares oficiales esto comporta el "control del espacio" y el "dominio" del planeta. Paul Wolfowitz, representante parlamentario de Donald Rumsfeld, actual Ministro de Defensa de los Estados Unidos, dice en Octubre de 2002; "El espacio es la última frontera y nos ofrece opciones muy atractivas, no sólo en cuanto al sistema de defensa anti-misiles sino toda una amalgama de misiones militares y civiles". En 2004, la Fuerza Aérea de los EE.UU. cita literalmente que su estrategia es la de "dominar" y "controlar" el espacio.
Desde la Iniciativa de Defensa Estratégica o SDI-Strategic Defense Initiative, de la administración Reagan, el término acuñado "Star Wars", para denominar los programas y agendas para lo relacionado con las armas en el espacio, se ha mantenido hasta nuestros días. De hecho, desde que George W. Bush y Richard Cheney están en el poder, los esfuerzos por desplegar armas en el espacio han ido en aumento. Con literalmente billones de dólares de los impuestos fluyendo anualmente para la investigación, el desarrollo, la prueba, la producción, construcción y despliegue de armas en el espacio con la única meta de controlar, dominar y desestabilizar el mundo mediante el miedo y la desinformación.
Es evidente que nunca alcanzaremos un verdadero escenario de paz, usando más armas. Imaginemos cuantos problemas resolveríamos destinando los esfuerzos, recursos y fondos actualmente enfocados en la industria de la guerra, en por ejemplo; sistemas para la observación de las cosechas, observación y reconocimiento geológico, de movimientos de poblaciones, la gestión de recursos como el agua y miles de otras aplicaciones y servicios que pueden y deben ser impulsados por un mundo en paz y por un desarrollo sostenible. Es a través de dicha "nueva" economía por la cual podemos comenzar a equilibrar la balanza y erradicar la pobreza poco a poco.
Cambios tan grandes imponen respeto pero, más miedo debe darnos no hacer nada al respecto. Debemos tomar conciencia de la gravedad de la situación y asumir las responsabilidades que nos ha tocado vivir, nos guste o no, debemos resolver ciertos problemas para poder continuar con la vida, tal y como la conocemos.
En términos económicos, el redireccionamiento de los enormes recursos y fondos destinados a la industria armamentista, puede y debe ser vislumbrado como la única respuesta a todos nuestros problemas; ya sean de ámbito humanitario o ecológico. Una solución que nos permitirá continuar con las infraestructuras actuales que forman nuestras sociedades complejas. El colapso del actual sistema economico-energético, además de estar garantizado por diversas razones evidentes, no supondrá sino el principio de una nueva era basada en la cooperación internacional, una gestión coherente de la abundancia y por la justicia. Según Ana Marie Gomes (Portugal), Vicepresidente del Comité de Seguridad y Defensa en el Parlamento Europeo; sólo en la Unión Europea, se gastan un poco más de 5 billones de dólares en proyectos espaciales militares y civiles. "Europa no desea, ni ve la dominación del espacio como una meta, ni para si misma, ni para ningún otro Estado Miembro o Nación".
¿Existe alguien que no desee un mundo en paz, trabajando unido para alcanzar un desarrollo limpio y para todos? Bien, parece ser que las grandes corporaciones, fabricantes de armas y proveedores energéticos, disponen de unos intereses a escala planetaria que no están dispuestos a dejar pasar. ¿No es esto un crimen en contra de la Humanidad?
Es mediante el Acta de Preservación del Espacio y el adjunto Tratado para la Preservación del Espacio que podemos implantar la pieza de legislación necesaria para no solo prohibir las armas en el espacio por la paz en la Tierra, sino para además transformar la industria de la guerra y los actuales sistemas de defensa en todo un abanico de nuevos productos y servicios, generando millones de puestos de trabajos para esta nueva era en la que nos adentramos que supone tan gran paradigma; la era espacial cooperativa y pacífica que transformará la humanidad.
El Tratado para la Preservación del Espacio establecerá una agencia nueva y única para el mantenimiento de la paz en el espacio y en la Tierra, monitorizará el espacio, la atmósfera y la superficie e impondrá una prohibición permanente de las armas basadas en el espacio; dicha agencia proporcionará además, un nuevo camino para el complejo industrial y militar en su expansión en el espacio, sin armas y con la intención de crear nuevos mercados, productos y servicios para el nuevo escenario de cooperación internacional; frente al nuevo paradigma que supone la nueva era espacial.
Proporcionando un tremendo abanico de posibilidades, abundantes beneficios y oportunidades ilimitadas; el reto de la cooperación internacional, libre de armas, guerras y amenazas, supondrá un verdadero escenario de paz en el cual podremos re-dirigir los esfuerzos hacia proyectos pro-humanos y directamente aplicados en las diversas soluciones frente a las crisis ecológica y humanitaria.
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Importancias de la Preservación del Espacio.
Ian T. Cruz
Director de Proyectos Especiales,
NPAE - No Proliferación de Armas en el Espacio.
Instituto para la Cooperación en el Espacio.
Barcelona, España.
(Extracto)
Las sociedades a lo largo y ancho del planeta muestran una gran preocupación por la Paz. Existe la intención de alcanzarla pero, debemos recordar que estamos inmersos en el negocio de la guerra. Toda la economía del planeta está sujeta a la centralización de la energía y la industria de la guerra. Solo tenemos que analizar detenidamente los hechos que se repiten una y otra vez en cuanto a la fórmula de la economía de la guerra. La fórmula, de hecho es muy clara y sencilla; es la siguiente: Se debe localizar e identificar un enemigo. Algo que ya hemos visto tantas veces que apenas lo tomamos como extraño. Desde los soviéticos, pasando por los japoneses, hasta llegar al terrorismo internacional y descentralizado. Lo siguiente es deshacerse de las viejas armas. Después se prueban las nuevas y se preparan los presupuestos de las siguientes. Por eso es virtualmente irrelevante que las sociedades se manifiesten en contra de los conflictos bélicos ya que, existen contratos y presupuestos que se deben llevar a cabo. Para ellos, la fórmula debe continuar.
El problema es alcanzar un escenario de paz real y basado en la cooperación internacional. Para ello, necesitamos acciones reales, es decir leyes internacionales que nos permitan realizar los cambios necesarios para, mediante las mismas infraestructuras, transformar y re-dirigir la industria armamentista; que supone conjuntamente con la centralización de la energía, el motor de toda la economía global.
Ya que casi la totalidad (3/4) de la industria espacial ha sido lanzada desde y por plataformas militares, algo que por otro lado debe ser así ya que; no estamos hablando de desechar esas infraestructuras ni tecnologías sino de re-dirigir los esfuerzos y los fondos para desarrollar, investigar y probar todos esos proyectos de armas que no queremos sobre nuestras cabezas, en proyectos, productos y servicios directamente aplicados a poner soluciones a las diversas crisis que nos envuelven.
Debemos tener en cuenta que los fondos destinados a la industria armamentista no sólo provienen del sector militar, sino de las universidades, laboratorios y demás departamentos gubernamentales y industria privada. Lo que se conoce como el "military-industrial complex", el complejo entramado tan preocupadamente nombrado por Eisenhower, al final de su mandato en 1961.
Es importante no entrar en detalle sobre a que tipo de armas nos referimos. El Tratado para la Preservación del Espacio especifica ya, la prohibición de cualquier tipo de armas de destrucción masiva y a cualquier otro sistema armamentista basado en tecnologías espaciales. Esto quiere decir también que se prohibirá cualquier sistema para alcanzar y/o destruir cualquier objeto espacial, que se encuentre en la atmósfera o en superficie, sea de la naturaleza que sea.
Dichos sistemas y satélites militares que están hoy en órbita de una manera operativa, pueden ser utilizados para monitorizar la Tierra y el Espacio. No sólo para verificar y garantizar que la prohibición se mantiene sino para analizar el planeta siempre con fines pacíficos y con la intención de ofrecer soluciones a problemas tan básicos como necesarios para un desarrollo sostenible; como la observación de las cosechas, los movimientos de población y demás servicios que podríamos estar llevando a cabo desde hace décadas y de una manera más positiva y abundante. Podemos crear nuevos sistemas y servicios, miles y miles de nuevos puestos de trabajo, siempre desde una cooperación internacional extensa.
Bajo la premisa de la defensa, se están llevando a cabo los procesos para mantener dicha fórmula para la guerra en un proceso irreversible. Se trabaja a marchas forzadas para establecer las subvenciones, las inversiones y las tecnologías para que las armas basadas en tecnologías espaciales sean una realidad, mucho antes de que podamos saber de que se tratan y para qué las queremos. Conste no estamos hablando de grandes sistemas espaciales ya que, desde tan solo tres localizaciones en la órbita, se puede alcanzar cualquier punto de la superficie del planeta. Dichos sistemas de armas son desestabilizadoras, innecesarias, extremadamente costosas y no nos protegerán de nada en absoluto. En definitiva, no las necesitamos. Todo estos esfuerzos por desplegar armas en el espacio son una clara actitud para controlar y dominar el planeta. Dicha actitud, es tan peligrosa como las mismas armas.
Por eso debemos tomar las decisiones oportunas, ahora que todavía estamos a tiempo.
Es cierto que muchos científicos piensan ya que, dichas armas han sido desplegadas. Esto no es así, ya que todavía no existe un satélite en órbita que porte armas. Los satélites todavía trabajan el sector de la comunicación, la navegación y el reconocimiento.
Como iniciativa pionera e increíblemente importante en el escenario geopolítico actual, debemos tomar conciencia de la importancia de la preservación del espacio para así, transformar la industria de la guerra en una industria pro-humana, directamente aplicada en la creación de nuevas soluciones frente a las crisis humanitaria y ecológica.
Los Estados Unidos están llevando acabo los esfuerzos necesarios para el despliegue de armas basadas en tecnologías espaciales; y según documentos militares oficiales esto comporta el "control del espacio" y el "dominio" del planeta. Paul Wolfowitz, representante parlamentario de Donald Rumsfeld, actual Ministro de Defensa de los Estados Unidos, dice en Octubre de 2002; "El espacio es la última frontera y nos ofrece opciones muy atractivas, no sólo en cuanto al sistema de defensa anti-misiles sino toda una amalgama de misiones militares y civiles". En 2004, la Fuerza Aérea de los EE.UU. cita literalmente que su estrategia es la de "dominar" y "controlar" el espacio.
Desde la Iniciativa de Defensa Estratégica o SDI-Strategic Defense Initiative, de la administración Reagan, el término acuñado "Star Wars", para denominar los programas y agendas para lo relacionado con las armas en el espacio, se ha mantenido hasta nuestros días. De hecho, desde que George W. Bush y Richard Cheney están en el poder, los esfuerzos por desplegar armas en el espacio han ido en aumento. Con literalmente billones de dólares de los impuestos fluyendo anualmente para la investigación, el desarrollo, la prueba, la producción, construcción y despliegue de armas en el espacio con la única meta de controlar, dominar y desestabilizar el mundo mediante el miedo y la desinformación.
Es evidente que nunca alcanzaremos un verdadero escenario de paz, usando más armas. Imaginemos cuantos problemas resolveríamos destinando los esfuerzos, recursos y fondos actualmente enfocados en la industria de la guerra, en por ejemplo; sistemas para la observación de las cosechas, observación y reconocimiento geológico, de movimientos de poblaciones, la gestión de recursos como el agua y miles de otras aplicaciones y servicios que pueden y deben ser impulsados por un mundo en paz y por un desarrollo sostenible. Es a través de dicha "nueva" economía por la cual podemos comenzar a equilibrar la balanza y erradicar la pobreza poco a poco.
Cambios tan grandes imponen respeto pero, más miedo debe darnos no hacer nada al respecto. Debemos tomar conciencia de la gravedad de la situación y asumir las responsabilidades que nos ha tocado vivir, nos guste o no, debemos resolver ciertos problemas para poder continuar con la vida, tal y como la conocemos.
En términos económicos, el redireccionamiento de los enormes recursos y fondos destinados a la industria armamentista, puede y debe ser vislumbrado como la única respuesta a todos nuestros problemas; ya sean de ámbito humanitario o ecológico. Una solución que nos permitirá continuar con las infraestructuras actuales que forman nuestras sociedades complejas. El colapso del actual sistema economico-energético, además de estar garantizado por diversas razones evidentes, no supondrá sino el principio de una nueva era basada en la cooperación internacional, una gestión coherente de la abundancia y por la justicia. Según Ana Marie Gomes (Portugal), Vicepresidente del Comité de Seguridad y Defensa en el Parlamento Europeo; sólo en la Unión Europea, se gastan un poco más de 5 billones de dólares en proyectos espaciales militares y civiles. "Europa no desea, ni ve la dominación del espacio como una meta, ni para si misma, ni para ningún otro Estado Miembro o Nación".
¿Existe alguien que no desee un mundo en paz, trabajando unido para alcanzar un desarrollo limpio y para todos? Bien, parece ser que las grandes corporaciones, fabricantes de armas y proveedores energéticos, disponen de unos intereses a escala planetaria que no están dispuestos a dejar pasar. ¿No es esto un crimen en contra de la Humanidad?
Es mediante el Acta de Preservación del Espacio y el adjunto Tratado para la Preservación del Espacio que podemos implantar la pieza de legislación necesaria para no solo prohibir las armas en el espacio por la paz en la Tierra, sino para además transformar la industria de la guerra y los actuales sistemas de defensa en todo un abanico de nuevos productos y servicios, generando millones de puestos de trabajos para esta nueva era en la que nos adentramos que supone tan gran paradigma; la era espacial cooperativa y pacífica que transformará la humanidad.
El Tratado para la Preservación del Espacio establecerá una agencia nueva y única para el mantenimiento de la paz en el espacio y en la Tierra, monitorizará el espacio, la atmósfera y la superficie e impondrá una prohibición permanente de las armas basadas en el espacio; dicha agencia proporcionará además, un nuevo camino para el complejo industrial y militar en su expansión en el espacio, sin armas y con la intención de crear nuevos mercados, productos y servicios para el nuevo escenario de cooperación internacional; frente al nuevo paradigma que supone la nueva era espacial.
Proporcionando un tremendo abanico de posibilidades, abundantes beneficios y oportunidades ilimitadas; el reto de la cooperación internacional, libre de armas, guerras y amenazas, supondrá un verdadero escenario de paz en el cual podremos re-dirigir los esfuerzos hacia proyectos pro-humanos y directamente aplicados en las diversas soluciones frente a las crisis ecológica y humanitaria.
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