Revista: SHARE INTERNACIONAL
Ejemplar: Julio/Agosto 2006
Título: Política en la Nueva Era
Autor: Entrevista con con el presidente de la República de Eslovenia, Dr. Janez Drnovsek por Saso Segula Presenc
El siguiente pequeño extracto de una entrevista con el Presidente de Eslovenia, el Dr. Janez Drnovsek, le revela como un hombre de visión inusual. Su compromiso para el bien común impregna todo lo que dice.
Política en la Nueva Era
Una entrevista con el presidente de la República de Eslovenia, Dr. Janez Drnovsek por Saso Segula Presenc
El Dr. Janez Drnovsek, presidente de la República de Eslovenia, fue antiguamente primer ministro de Eslovenia durante 10 años, y desde mayo de 1989 hasta mayo de 1990 jefe de la presidencia de la antigua Yugoslavia. En septiembre de 1989, él presidió la 9ª Cumbre de Países No Alineados en Belgrado y fue el negociador jefe en las conversaciones por la autonomía de Eslovenia. Él también es economista, analista político y promotor del consenso político. Ha recibido muchos premios internacionales por sus logros políticos, económicos y humanitarios.
A comienzos del 2006 él comenzó la campaña humanitaria y política Movimiento por la Justicia y el Desarrollo para intentar resolver la crisis en la provincia sudanesa de Darfur. Este año ya ha viajado a Francia, EEUU, Bolivia, Rumania, Qatar, Sri Lanka, España, Portugal, Israel, Palestina y Chipre. Saso Segula Prosenc le entrevistó para Share International.
Share International: Hace varios meses usted cambió su actitud, casi de la noche a la mañana, en su papel como presidente de estado. Usted ha estado muy activo en su involucración en esfuerzos por la paz y la justicia en el mundo. Los medios de comunicación y el público en general notaron su compromiso sincero. ¿Qué causó este cambio?
Dr. Janez Drnovsek: ¿Importa lo que lo causó? Puedo responder de esta manera: en cierto punto uno alcanza un nivel de conciencia que luego lleva a que uno abandone los antiguos patrones más usuales, que podrían ser más habituales en política. Pero entonces descubres que eso no es suficiente, que es necesario realmente comenzar a resolver los muchos problemas de la humanidad y que la política convencional con sus enfoques habituales no los soluciona, o, al menos, no lo suficiente. Se debe hacer algo más. Fue una realización y una conciencia despierta de este hecho lo que originó este cambio.
SI: Podemos ver que usted ya no es un político convencional. Usted ha estado animando y conectando a personas de buena voluntad, apoyando sus esfuerzos, actuando para hacer conscientes a las personas. Recientemente ha fundado el Movimiento por la Justicia y el Desarrollo. ¿Qué significa esto para Eslovenia y el mundo?
JD: Es esencial elevar la conciencia. El mundo está desequilibrado. Existen muchos problemas, desde el tema de la pobreza hasta el hecho que muchas personas aún mueren de hambre como también la destrucción de la Tierra y los cambios climáticos. Debemos ser conscientes que estos desequilibrios son enormes y que están aumentando.
A veces, nosotros, los humanos, sentimos que existe alguien que al final se ocupará de todo para que vaya en la dirección correcta. Pienso que, como los pasajeros de un autobús que de pronto descubren que no hay nadie al volante, tendremos que hacer algo nosotros mismos para cambiar la dirección del desarrollo humano y la forma en que actuamos. Y eso es un asunto de conciencia, que nos hagamos conscientes de estos problemas y del hecho que nosotros mismos tendremos también que hacer algo, cada uno de nosotros, sea en nuestro hogar, en el trabajo, cada uno en su propio entorno puede actuar. La única forma de cambiar algo en el mundo es elevar el nivel de conciencia.
Los intentos en el pasado, diversas revoluciones, fracasaron en su mayoría debido a que utilizaron la violencia, que es una mala base. No es posible construir algo bueno sobre algo malo. Sin embargo, si cambiamos la conciencia y cada vez más personas son conscientes de la necesidad de cambios, entonces será posible hacer algo sobre esa base.
SI: A comienzos de este año usted empezó una campaña humanitaria y diplomática con la cual deseaba animar a los gobiernos y diferentes organizaciones en el mundo para resolver la crisis en la provincia sudanesa de Darfur. ¿Por favor describa la situación en Darfur y su visión de cómo resolver el problema?
JD: Darfur es una mala situación típica, una catástrofe humanitaria que algunos consideran como un genocidio. Durante tres años, la comunidad internacional ha estado intentando, sin éxito, resolver el problema. Yo, también, intenté ayudar a resolver el problema de Darfur, si se me permite decirlo, en un momento en que parecía que el mundo se había acostumbrado a esta crisis y que se había convertido en un hecho aceptado, ‘así que no necesitamos seguir preocupándonos de él’. Parecía necesario volver a despertar la conciencia de las personas de que algo muy grave estaba sucediendo allí y que debía hacerse algo más.
Antes de la crisis de Darfur, hubo otras situaciones en donde la comunidad internacional se retrasó: Ruanda, la antigua Yugoslavia, Bosnia Herzegovina, donde el genocidio pudo haberse evitado con una acción internacional más decidida y siendo conscientes en el momento correcto de que algo debía hacerse para evitarlo. Pero la comunidad internacional no supo cómo hacerlo.
Después de Ruanda, después de Bosnia Herzegovina, nosotros, los políticos internacionales dijimos: “No debe haber nunca más una Ruanda, nunca más una Bosnia Herzegovina”. En la Cumbre de Naciones Unidas del pasado septiembre [2005], acordamos que la ONU debería intervenir en casos en los cuales los gobiernos nacionales no eran capaces de, o no se responsabilizaban de, asegurar la supervivencia de su pueblo. La comunidad internacional se comprometió a intervenir en tales situaciones, no respetar la soberanía del estado si esa soberanía significaba que el pueblo moría allí o que el gobierno nacional no deseaba o era incapaz de protegerles. En tales casos, la comunidad internacional está obligada a actuar. Este acuerdo fue alcanzado en septiembre y en todos los meses desde entonces nada ha sucedido en Darfur.
La situación empeoraba, así que llamé la atención sobre Darfur con una campaña humanitaria organizada en Eslovenia. También parecía importante para Eslovenia: mientras que ayudamos a personas en Darfur también estamos elevando la conciencia despierta del pueblo esloveno. Estamos aprendiendo de este caso y nos recuerda que estamos interconectados, que las personas allí sufren ahora, y en otro momento podríamos ser nosotros los que necesitásemos ayuda, y que ahora debemos ayudar. Comencé una campaña política para centrar la atención de la comunidad internacional y de los medios de comunicación en encontrar una solución política para resolver la crisis.
SI: A comienzos de marzo [2006] usted visitó Oriente Medio, donde habló con líderes políticos israelíes y con el presidente palestino Mahmoud Abbas. ¿Cuál fue el propósito de esa visita y cómo respondieron los líderes israelíes y palestinos a sus palabras?
JD: Sí, visité Israel por una invitación suya en un momento bastante específico, justo después de que Hamas ganara la elecciones en Palestina, y cuando Israel se encontraba en una situación especial debido a la convocatoria de elecciones por la condición del primer ministro Sharon. Era un momento de considerable incertidumbre. Fue interesante intercambiar puntos de vista con líderes políticos israelíes y palestinos. Ésta es una de esas situaciones que se ha alargado demasiado y constantemente genera un ciclo de violencia y odio. Pero ha llegado realmente el momento de que encuentren una solución. Les dije tanto a israelíes como a palestinos que merecían paz y estabilidad, que debían encontrar una forma de salir de ese ciclo.
Así que mi enfoque no fue condenar a Hamas por adelantado sino más bien que debía darse a Hamas una oportunidad. Por primera vez Hamas está en una posición de responsabilidad. Al elegir a Hamas, el pueblo palestino puso mucha responsabilidad en Hamas y el pueblo palestino desea la paz. Ellos no desean una escalada de violencia, estoy seguro. Si los líderes de Hamas son personas responsables y serias, deberán acatar el deseo del pueblo palestino.
A veces, la paz puede alcanzarse con partes radicales más pronto y con más estabilidad que con partes más moderadas. Mi mensaje tanto a los israelíes como a los palestinos fue que debía darse una oportunidad a Hamas en esta situación y que no debían saltar a conclusiones demasiado rápido ni caer de nuevo en el ciclo de violencia con demasiada rapidez. El ciclo debía detenerse en alguna parte. Alguien debía dar ese paso. Y si algo positivo no salía de esta situación ahora, entonces me temo que Israel y Palestina volverán a estar condenados a años de violencia, odio, incertidumbre. Por eso algo debe hacerse ahora, aquí, y ellos no deben decir con demasiada prontitud: “Nada puede hacerse en esta situación y con estas personas”.
SI: El mundo ha empequeñecido debido a la tecnología de la información y los medios de comunicación, y los pobres se enfrentan directamente con la brecha entre ellos y la minoría de naciones ricas que tienen demasiado y prácticamente todos los recursos naturales. ¿Puede durar tal sistema?
JD: No, pienso que no puede durar. Esta situación es intolerable. Es vergonzoso. La mayoría de las personas viven en la pobreza, y una pequeña minoría dispone de una riqueza enorme. Esto es inmoral, poco ético y no puede perdurar a largo plazo. Tarde o temprano devolverá el golpe de alguna forma y también afectará a aquellos que tienen mucho ahora. Si la mayoría de personas en el mundo piensan que este mundo es injusto, que también la distribución de la riqueza es extremadamente injusta, entonces tarde o temprano algo tienen que suceder. Esta mayoría sencillamente no aceptará la situación silenciosamente. Cuanto menos, esta situación está creando una atmósfera que alienta el terrorismo. En un entorno en donde las personas están convencidas de que el mundo es injusto, existe, por supuesto, mucha más base para el terrorismo y más personas dispuestas a intervenir en él.
El mundo moderno tiene a su disposición los medios de destrucción masiva. Si los terroristas consiguen esos medios, tarde o temprano podría haber una catástrofe para todo el mundo de la cual nadie podrá aislarse. Los ricos piensan ahora que pueden aislarse del resto del mundo y asegurar su seguridad. No pueden. Nadie puede.
El mundo tendrá que ordenarse de forma diferente y me refiero a través de la conciencia despierta, no la revolución. En el pasado, los problemas se solucionaban con revoluciones que cambiaban el sistema con violencia y redistribuía la riqueza. Resultó ser que esto no estaba bien. Sin embargo, al elevarse su nivel de conciencia, cada vez más personas serán conscientes de que esta situación es insoportable y aquellos que tienen mucho al final comprenderán este hecho.
De hecho se hará imposible contemplar a millones de personas morir mientras alguien tiene miles de millones de dólares y no hace nada para cambiar la situación. Los países más grandes, incluyendo el país más poderoso del mundo, tienen que hacer mucho más para ayudar. Si el país más fuerte del mundo destina todos los fondos que gasta en armamento en un año para resolver la pobreza, aumentaría inmensamente su reputación en el mundo. Ganaría crédito moral y su popularidad sería mucho mayor que ahora cuando gasta dinero en armamento y defensa. Esto, también, es una cuestión de conciencia despierta en los políticos y el pueblo.
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