Por iniciativa del presidente francés Jacques Chirac, la semana pasada se celebró en la sede de la UNESCO, en París, una Conferencia Internacional sobre Biodiversidad. El objetivo era impulsar los acuerdos tomados en la Cumbre de la Tierra (Río de Janiero, 1992), que en este capítulo han resultado inoperantes. Pero es preciso actuar con urgencia, se dijo, pues la Tierra sufre hoy una masiva extinción de especies (40.000 al año), la mayor después de la que acabó con los dinosaurios, por culpa de la degradación ambiental causada por el hombre.
Ofrecemos aquí un resumen de los datos más relevantes sobre el problema de la biodiversidad.
¿Qué grado de biodiversidad tiene la Tierra?
Las especies vivas catalogadas son en torno a 1,5 millones. Naturalmente, no se conocen todas. El total se calcula entre 3,6 y 100 millones, según el método que se use para estimar, a partir de muestreos, las especies de los organismos más difíciles de descubrir (insectos, hongos, bacterias...).
¿No es normal que las especies se extingan?
Siempre se han extinguido especies y han aparecido otras nuevas, como muestra el registro fósil. Una especie dura entre 1 y 10 millones de años; de ahí los paleontólogos concluyen que se han extinguido el 95% de las especies aparecidas desde que empezó la vida en la Tierra (hace 3.500 millones de años, según se cree). El problema es que ahora las extinciones parecen haberse multiplicado debido a la intervención humana. La principal causa es la degradación o destrucción de hábitats naturales, fuera de los cuales las especies afectadas no pueden sobrevivir. A esto se añade el temor a que el calentamiento de la Tierra, también obra del hombre, acelere las extinciones.
¿Cuánto se han multiplicado las extinciones en los tiempos recientes?
De la vida media de las especies se deduce que la tasa natural de extinciones es de veinte especies cada cien años. A partir del registro fósil se estima una tasa de una especie cada 500-1.000 años para mamíferos y aves. En el siglo XX se han contado 90 extinciones de animales de esas dos clases, cerca de una al año. En total, las extinciones observadas en el siglo pasado son 728: 270 de plantas y 458 de animales (desde crustáceos hasta mamíferos). Otros estudios dan números menores. Teniendo en cuenta las discrepancias, se puede suponer para el siglo XX una tasa de extinciones de 40 a 1.000 veces mayor que la espontánea.
¿De dónde sale la afirmación de que se extinguen 40.000 especies al año?
Es uno de esos números que alguien aventura y luego todos repiten sin pararse a comprobarlo. Lo lanzó Norman Myers en su libro "The Sinking Ark" (1979) y se convirtió en canónico cuando lo recogió el informe oficial norteamericano "Global 2000". El caso es que Myers no justifica el cálculo, que presenta como una "suposición".
¿Y en cuanto a los efectos del calentamiento terrestre?
El estudio más citado es el dirigido por Chris Thomas (Universidad de Leeds) y publicado hace un año en "Nature" (208-01-04). Concluye que, a consecuencia del cambio climático, se podrían extinguir del 15% al 37% de las especies animales y vegetales en la primera mitad de este siglo.
¿Cómo se hacen esos cálculos?
Hay dos métodos. El más sencillo consiste en el análisis de datos estadísticos sobre las especies. Este es el empleado por Thomas, cuyo trabajo ha sido muy criticado por la debilidad de las simulaciones que maneja. En general, el problema del método estadístico es que los datos de partida son escasos.
Otro método, llamado "mecanicista", se basa en modelos teóricos del comportamiento de los organismos ante los cambios del hábitat. En este caso, el primer problema es que no existen inventarios bastante completos de vegetales e invertebrados. En segundo lugar, se sabe poco sobre la respuesta de los ecosistemas y de las especies, por lo que los modelos son muy hipotéticos.
¿Cuántas son las especies conocidas en peligro de extinción?
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) elabora una "Lista Roja" de especies en peligro. La edición de 2004 evalúa la situación de 38.046 especies, de las que 15.503 (el 1% de las especies conocidas) califica como amenazadas (en distintos grados: en peligro crítico, en peligro y vulnerables). Este recuento registra un aumento continuo desde la primera lista (1996), cuando era de 10.533. La región con más especies amenazadas es la del Asia-Pacífico, seguida de Sudamérica y África.
¿Por qué es importante preservar la biodiversidad?
Se suele alegar que la reducción de la biodiversidad tendría consecuencias perjudiciales para el hombre. Las plantas silvestres son la base para obtener vegetales de cultivo. La concentración de los cultivos en unas pocas especies hace que las cosechas sean muy vulnerables a las plagas. Además, muchos medicamentos se han descubierto en organismos naturales: si se extinguen muchas especies, perdemos oportunidades de encontrar más sustancias benéficas.
No puede decirse que no se haya hecho nada al respecto. Para asegurar la biodiversidad en los cultivos hay grandes bancos de semillas y de material genético, que ya se emplean. Gracias a ellos, a finales de los sesenta se salvaron las cosechas de trigo, amenazadas por la roya en gran parte del mundo. También se preservan organismos conocidos como posibles fuentes de medicamentos.
¿Qué otros motivos hay?
Uno principal es mantener el equilibrio ecológico y las riquezas naturales. Pero así como las extinciones provocadas por el hombre pueden degradar los ecosistemas, la manera de evitar aquellas es conservar estos. En este sentido, la preservación de la biodiversidad se identifica con la protección de la naturaleza, pese a que se considere como un asunto específico. La "biodiversidad", tomada en el sentido más amplio, es un concepto impreciso, que sirve poco para definir políticas concretas. Otra cosa es la protección de especies amenazadas.
¿Qué medidas se toman con respecto a las especies en peligro de extinción?
Aparte de lo que hagan los distintos países, existen algunos tratados internacionales con ese fin. El principal es el Convenio sobre Biodiversidad, firmado en la Cumbre de la Tierra (1992). Pero sus propuestas son bastante genéricas y faltan instrumentos eficaces para realizarlas.
En la práctica, el tratado más operativo es CITES (1973), una convención internacional que regula el tráfico internacional de especies amenazadas, para evitar la sobreexplotación. Existe también la Convención sobre Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS, 1979), para proteger a las aves migratorias en todo su ámbito de movimientos.
Rafael Serrano.
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Fuentes principales: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, "Global Environmental Outlook" 3 (2002); Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, "The IUCN Red List of Threatened Species" (2004); Bjørn Lomborg, "The Skeptical Environmentalist" (Cambridge Universitiy Press, 2001).
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